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OSTEOPOROSIS Y EJERCICIO

La posición de la FIMS sobre la Osteoporosis y el Ejercicio se basa en el informe del American College of Sport Medicine (ACSM) sobre osteoporosis y ejercicio, el cual incluye una extensa lista de referencias y ha sido actualizado con nueva información.

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por una baja masa ósea y la deterioración de la microarquitectura de los huesos lo que incrementa su fragilidad y, en consecuencia, el riesgo de fractura.

La prevención de la fractura osteoporótica debería estar fundamentada en la preservación o incremento del material y de las propiedades estructurales de los huesos, la prevención de caídas y el incremento de la deficientemasa de tejido.

Mientras que las fuerzas aplicadas al hueso durante la actividad diaria mantienen y desarrollan en parte la capacidad de aguante y de carga, el ejercicio adicional ejerce una positiva influencia en la masa ósea. Este beneficio y el tipo de programas para conseguir el estímulo osteogénico más efectivo es algo incierto. Los resultados varían en función de la edad, situación hormonal, nutrición y de la prescripción de ejercicio.

Desde hace tiempo está reconocido que la deterioración de la masa muscular ocurre más rápidamente con descargas que con el incremento de las cargas. Este es un problema particular en los individuos mayores los cuales encuentran imposible continuar con actividades que podrían ser el estímulo adecuado para mantener la masa muscular. Por otro lado, parece que la fuerza y el estado físico puede mejorarse a través de un programado plan de ejercicio. Al mismo tiempo no hay conclusiones evidentes de que sólo el ejercicio o en combinación con añadidos de calcio prevengan una rápida disminución de la masa ósea en los años post-menopáusicos. Los beneficios adicionales de un ejercicio regular para la salud en general son numerosos y todas las mujeres deberían animarse a participar en actividades físicas sin tener en cuenta sus componentes osteogenicos.

Basándonos en esta información se hacen las siguientes recomendaciones:

1. El control del peso en la actividad física es esencial para el normal desarrollo y mantenimiento de la salud del esqueleto. Actividades basadas en el incremento de la fuerza muscular pueden también ser beneficiosas, particularmente para los huesos que no soportan cargas.

2. Evidencias recientes demuestran que el crecimiento del hueso responde a la carga mecánica y a la actividad física, por lo que el ejercicio regular durante toda la vida puede ser un factor importante en la prevención de la osteoporosis.

3. El sufrimiento excesivo durante el entrenamiento puede inducir cambios hormonales, perturbaciones menstruales y efectos negativos sobre la estructura ósea.

4. El ejercicio no se puede recomendar para combatir la alteración hormonal durante la menopausia.

5. Las actividades que mejoran la fuerza, flexibilidad y coordinación pueden indirectamente, pero de forma efectiva, disminuir las incidencias de las fracturas osteoporóticas al reducir la probabilidad de caídas. Esto debería introducirse en un programa óptimo de ejercicio para las mujeres mayores


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